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Álbumes de la década

  • Foto del escritor: Roberto Atacama
    Roberto Atacama
  • 16 dic 2019
  • 39 Min. de lectura


Primero, una advertencia:

Lo primero que debe decirse de una lista como ésta es lo evidente: no se trata de lo mejor de la década en términos absolutos. No apelo a la frase “todo es subjetivo” (de hecho la rehuyo). No, más bien es necesario señalar la desigualdad y el papel que tiene el mercado para determinar lo que escuchamos, lo que está más a la mano. Así, ésta lista lo que propone es una idea de lo mejor de la música desde mi corto alcance. Aceptando que por más intentos de abrir ese panorama (pasé semanas escuchando la vanguardia africana, o tratando de reconciliarme con la escena “alternativa” latinoamericana) mi propio entendimiento de la música estuvo influenciado por mi contexto, y los hábitos de consumo… El punto de todo esto es que la música es vastísima, y tremendamente rica, y en el momento en el que tratamos simplificar dejamos de lado experiencias importantes y necesarias. Gracias a las lógicas del capital, la gran oportunidad que representa el internet para diversificar las experiencias musicales no puede ser plenamente aprovechada. Aún y todo, también es verdad que existe un margen para la creatividad e irrupción insospechada. Habrá que hurgar más y mejor, pero si se quiere uno puede escuchar más allá de lo evidente…


Dicho eso ¿qué caracterizó la década 2010’s (me gusta leerla como “veinte-diez”)? Yo diría: el género de la década es el rap. La mayoría de las editoriales especializadas estarían de acuerdo. Esto podría llevarnos a la idea de que ahora, en la escena musical cuando menos, existe una mayor inclusión. Pero debemos ser precavidos a estas conclusiones y preguntarnos si ¿esta revalorización de la música afroamericana (rap, hip-hop, R&B...) responde a una expansión del mercado? Oh, eso sin dudas Pero la verdadera pregunta es ¿y eso que nos dice de su propio valor? Esta dicotomía entre nuevas voces y sonidos irrumpiendo, y los límites en la profundidad de su irrupción (acá no meramente sonora, sino a esas otras dimensiones de la estética: política, ética), define en gran medida a la música de la década. De Grimes a Frank Ocean, de My Beatiful Dark Twisted Fantasy a A Brief Inquiry Into Online Relationships, esta década suena a la tensión entre la denuncia de la desolación y el placer capitalizado.


Esta lista es en gran medida mi conclusión a esas reflexiones. Es, en otros términos, la forma en la que concibo la belleza de mi tiempo y contexto: las melancolías y grandes tragedias, las resiliencias, las apuestas ingenuas, el gozo. Al final la música, aún capitalizada, tiene el poder de hablarnos (o hacernos preguntar) de lo que somos, y con esa reflexión inician todas las resistencias.


100 .- Laila's Wisdom- Rapsody (2017)


Rapsody estiró al máximo su voz, sus ideas y sonidos para tomar una posición irreductible. Con momentos llenos de ternura, y otros desoladores, una sabiduría ignorada se revela en la hermosa voz de Rapsody.



99.- Some Rap Songs - Earl Sweatshirt (2018)


Una zambullida profunda a los terrores personales y una experimentación expansiva, enorme. Realmente pone en entredicho nuevos horizontes para su género y para la música en general.



98.- Shake, Shook, Shaken - The Dø (2014)


Entre la decadencia de su género, Shake, Shook, Shaken demuestra la capacidad del indie para ofrecernos piezas de apariencia sencilla, pero perdurables y persistentes.


97.- MASSEDUCTION - St. Vincent (2017)


St. Vincent nunca ha sonado tan vulnerable, ni mucho menos tan poderosa (eso es decir mucho). Es más, la vulnerabilidad es una demostración misma de su poder. Del rock-pop a la balada, MASSEDUCTION emana potencia pura.



96.- Emily's D+Evolution - Esperanza Spalding (2016)


La voz de Esperanza Spalding constituye su propia atmósfera. ¿Aquí? Una travesía, la neo-mitología del soul (que no sabíamos que necesitábamos hasta que la escuchamos).



95.- Portamento - The Drums (2011)


Es una locura, pero ser gay no siempre es fácil, y hace algunos años las cosas eran más complicadas. Portamento es esa sensación fría y triste que acompaña a la incomodidad del hombre gay (aún si has tenido la suerte vivir en contextos medianamente progresistas). También son las alegrías y desbordes adolescentes, lo que hacen de este trabajo uno que merece la pena recordar.



94.- Planetarium - James McAllister, Bryce Dessner, Nico Muhly y Sufjan Stevens (2017)


Suma a varios de los productores más talentosos y creativos de su estilo y generación: lo que tienes es un álbum lúdico de reflexiones quizás existencialistas, quizás musicales. Es curioso (por decir lo menos) que entre tantos colaboradores no figure ni una sóla mujer ¿de verdad no conocen una sola productora que hubiera encajado en el proyecto? Solo digo. Aún así, un viaje grandioso


93.- The Money Store - Death Grips (2012)


Si la idea del psyco-punk se materializara en música, así sonaría. Hay pocas cosas tan revitalizantes como éste álbum.



92.- SEXWITCH - SEXWITCH (2015)


Este es uno de esos grandes esfuerzos por ampliar el horizonte de la música consumible en occidente. Una mirada imperdible que se opone al olvido, que se reafirma con tremenda voluntad estética y política.



91.- Lejos. No tan lejos - Hello Seahorse! (2010)


Las casonas viejas, como las memorias, tienen grietas frías que nos habitan. Lejos. No tan Lejos es la mejor aproximación musical de esta especie de identidad mexicana. Me recuerda a “La Roma” de Las batallas en el desierto de José Emilio Pacheco, o a la Grecia de Sputnik, mi amor de Haruki Murakami.



90.- Big Fish Theory - Vince Staples (2017)


Teoría es una buena palabra para tener en el título de este álbum, porque eso parece: una teoría musical puesta en marcha, una que trata de alcanzar nuevas verdades en la música masiva actual.

*[Como comentario aparte: Yo diría que éste es un álbum colaborativo “Vince Staples y Kilo Kish”. Creo que mucho de su visión estética tuvo un papel determinante.]



89.- The ArchAndroid - Janelle Monáe (2010)


Una brillante joven decidió aventurarse a hacer una ópera, pero impregnada de ella: su tiempo, su contexto, su propia experiencia creativa e inquietudes temáticas. A eso suena The ArcAndroid.



88.- 新しい日の誕生 (Birth of a New Day) - 2 8 1 4 (2015)


¿Has soñado con el futuro lejano después de tu muerte? Las ciudades, colores y lenguajes que jamás llegarás a conocer, la forma de entender al mundo de la que eres incapaz. Bien, pues gracias a Birth of a New Day puedes darle una mirada a todo ello, o al menos da esa impresión, cosa que reconforta tanto como el abrazo de tu abuela cuando eras niña o niño.



87.- uknowhatimsayin¿ - Danny Brown (2019)


Con mucha luminosidad, Danny Brown sigue empujando los sonidos y conceptos como si fuera un niño jugando con plastilina. Es abrumador, y hermoso.



86.- Black Messiah - D'Angelo and The Vanguard (2014)


Habitar la herencia cultural también es una forma de resistencia. Esa es la reflexión que se siente con Black Messiah.



85.- Lemonade - Beyonce (2015)


Es curioso que tratándose evidentemente de una experiencia tan particular sea tan masivamente admirado. Quizás porque aún en su particularidad es universal, quizás por la amplia gamma de tonalidades y géneros que intervienen, más probablemente porque es Beyoncé. Pero lo más importante de Lemonade es su claridad y simpleza.



84.- 22, A Million - Bon Iver (2016)


Con 22, A Milion podemos pensar en Bon Iver como el directo heredero de Moby y Yann Tiersen. No sé cómo ponerle otro punto de referencia a este álbum, muy propio, muy interesante.



83.- Sound Of A Woman - Kiesza (2014)

El placer no se opone a la reflexión, y Sound Of a Woman bien podría llamarse Reflections on a Dance Floor (homenaje a Madonna de por medio), y la pregunta central es ¿cómo es el sonido de una mujer? Después de toda la historia del acallamiento, es una pregunta pertinente. Aunque la respuesta podría ser debatida (inacabablemente, como lo exige la propia pregunta), vale la pena escuchar lo que Kiesza tiene que decir.



82.- La Sandunguera - Nathy Peluso (2018)


Es increíble todo lo que sucede en los 20 minutos de este EP, y es esperanzador lo que deja entrever: se viene una escena musical en español única y con propuestas musicales sin igual.



81.- Titanic Rising - Weyes Blood (2019)


Escuchar Titanic Rising es toda una experiencia, uno siente que está escuchando una joya olvidada en los albores del tiempo, pero se siente una punzada de la tremenda actualidad del trabajo. Una y otra vez se quiere volver a escucharlo en voz de Weyes Blood: mucho está por cambiar, este es un tiempo alocado para estar vivo y amamos las películas. Sólo sé que el último día de la década quiero escuchar esto... y al siguiente...



80.- Citizen of Glass - Agnes Obel (2016)


Citizen of Glass es como un caleidoscopio que se desdobla con delicadeza. Entre violines y violonchelos, se asoma el timbre particular de Agnes Obel, volviéndolo todo mucho más incierto y misterioso.



79.- Night Time, My Time - Sky Ferreira (2013)


La determinación creativa de Ferreira no sólo fue guerrera, sino que también es juguetona y amplia. Del cuasi-postpunk de Omanko, al pop bombástico de Love in Stereo. Night Time, My Time es el manifiesto de una mujer decidida a expresarse, y una bocanada de aire fresco para el pop cuando más lo necesitaba.



78.- 7 - Beach House (2018)


Ni Arcade Fire, ni Big Thief ni Vampire Weekend; sino Beach House: la banda que podría representar al indie. Pero de entre todos sus álbumes, 7 fluye, construye y propone una cinemática propia que lo vuelven mi preferido.



77.- Days Gone By - Bob Moses (2015)


Que la lamentable calidad del EDM no nos engañe, en la producción digital y la electrónica pop hay cabida para grandes trabajos (véase también a Settle de Disclosure y Skin de Flume), y Days Gone By lo prueba. A la vez íntimo y divertido, una de las mejores apuestas del electropop en la década.



76.- Lost in the Dream - The War On Drugs (2014)


Lost in the Dream es un gran reclamo a la vida por todo lo que duele, pero uno que sólo puede ser hecho con mucho amor a la vida misma. Justo y natural en sus tiempos, en sus elementos perennes, y en sus pequeños detalles que lo inundan todo.



75.- DAMN. - Kendrick Lamar (2017)


Humildad, fe, sexualidad, justicia, identidad y salud mental: los temas sobre los que se construye DAMN. y que ya pueden ser definidos como los temas esenciales de Lamar, quizás el artista de la década. Como una espiral, una sobre otra, las canciones que lo componen, demuestran que de la furia y la tristeza el arte emana a borbotones. Dicho sea de paso que BLOOD es la mejor apertura de un álbum que haya escuchado en toda la década.



74.- Moctezuma - Porter (2015)


Una apuesta por retomar la identidad mesoamérica, idealizada si se quiere, o incluso desde una mirada colonialista, pero al final y al cabo es una intención viva que da lugar a uno de los trabajos más novedosos del rock en español.



73.- AM - Artic Monkeys (2013)


Este bien podría ser el álbum de rock más representativo de la década, y es que no es para menos. Artic Monkeys supieron condensar la herencia de su género y encontrar las texturas y sensaciones para hacerle un nicho en nuestra década.



72.- Safe in the Hands of Love - Yves Tumor (2018)


Del trap al post-industrial, aquí hay un llamado desesperado a la creatividad y una potencia que desborda de amor y furia intermitentemente. No hay forma de decidirse, pero entre Noid y Licking An Orchid uno escucha el exhaustivo trabajo de un joven que promete sacudir lo que entendemos por música



71.- Norma - Mon Laferte (2018)


En Norma resalta la cualidad más importante de Mon Laferte: la sinceridad de su labor. Así, la vemos experimentar con libertad y mucho respeto a distintas herencias musicales latinoamericanas. Entre mucho y otro tanto, se hace evidente la vocación política que subyace: ante la capitalización de las culturas, el reconocimiento de la diversidad. Basta escuchar El Mambo para entender que Laferte está aquí para proponer y resistir, para reafirmar su derecho existencial en una realidad hostil.



70.- Arca - Arca (2017)

Las piezas de Arca son únicas en su tipo, una especie de barroco industrial y profano que explora al deseo sexual, la desolación, la violencia… Arca es una de esas mentes que están escribiendo el futuro de la música. A esto se suma un trabajo lírico impresionante, dignos de un poemario

*[Comentario aparte: creo que es la portada más bella de la década]



69.- Okovi - Zola Jesus (2017)


Hay algo de cueva en Okovi, una profundidad oscura, un humor frío; y por otra parte desborda luz, una especie de torrente que lo ilumina todo. Ante todo: la voz de Zola Jesus se levanta ante la vastedad del mundo.



68.- Pez - Rubio (2018)


El álbum debut de Rubio juega con los mitos en forma de sonidos, construye un vista panorámica de la modernidad latinoamericana. Divertido y nocturno, una gama de confidencias compartidas por una generación que mira al precipicio y aún así no olvida cómo se baila.



67.- We Sink - Sóley (2011)


Vastos bosques, ríos fríos y silencios que se imponen: We Sink suena al retrato de una soledad en esos ambientes. Lluvia de acordes y compases calmos, un amargo trago de tristeza y amor.



66.- Torches - Foster the People (2011)


En retrospectiva, Torches es capricho puro con una buena dosis de egolatría. El resultado es una gama de clamores animados, de tragedias en vasos de agua, tan sinceras y profundas como el dolor adolescente. Años después, seguimos desolados.



65.- I Never Learn - Lykke Li (2014)


Quizás sus mejores canciones se encuentran en otros álbumes, pero I Never Learn en conjunto guarda una madurez y profundidad mayor que cualquier otro trabajo de Lykke Li. Aquí el dolor es algo que se descubre siempre por primera vez, con ahínco y curiosidad nos adentramos en sus entrañas.



64.- Isolation - Kali Uchis (2018)


Isolation llega de las entrañas más vivas del deseo, del gozo. Una a una, las canciones son simplemente hermosas. Kali Uchis demuestra todo el espectro de su creatividad y pone de manifiesto su identidad, afirmada en la apropiación y reinvención del género.



63.- Whack World - Tierra Whack (2018)


La duración no debería ser un elemento tan central en un álbum, pero en Whack World lo es todo: nos deja entender la aspiración infinita y a la vez minimalista de Tierra Whack. En 15 minutos (15 canciónes de un minuto cada una) múltiples experimentaciones musicales y reflexiones existenciales suceden con una fluidez fascinante. Pequeños incendios, pequeños cataclismos que lo sacuden todo. Tierra Whack hace acto de presencia, y ahora sólo nos queda esperar a que desenvuelva todo el poder y destreza que en Whack World demuestra tener.



62.- Remind Me Tomorrow - Sharon Van Etten (2019)


¿Tú dónde guardas tus recuerdos? Yo tengo una cajita llena de fotos, cartas, boletos de conciertos y de vuelos de avión. Creo que todos tenemos algo similar. Escuchar Remind Me Tomorrow es como sacarlo todo y dejar que la melancolía, el recuerdo jubiloso y la nostalgia nos rompan el alma.



61.- Be The Cowboy - Mitski (2018)


Mitski sabe componer (musicalmente) la desolación. Fiel reflejo de las paranoias y dolores generacionales: la soledad como una duda que lo mancha todo. Acá no hay esperanza real de mitigar la soledad, pero seguimos haciéndonos apuestas, compromisos que se rompen, se transforman. Y eso está bien. No sé, después de escuchar Be the Cowboy, uno cree que al final, el lento bailar de dos que se aman hace que valga la pena.



60.- Elegancia Tropical - Bomba Estéreo (2013)


El producto de una nueva generación de creativas y creativos dispuestos a retar cualquier concepción de la música folklórica de las distintas identidades latinoamericanas. Cumbia y electrónica dan vida un álbum lleno de energía y propuestas sonoras indiscutiblemente necesarias.



59.- Transiciones - Ed Maverick (2019)


Ok, realmente se me escapa mucho a escena musical en español, así que para cuando comencé a reproducir este álbum yo no sabía quién era el meco detrás de ello, pero eso sí me quedó bien claro: era un meco. Y eso, de ninguna forma impide que Transiciones sea una de las mejores propuestas que escuché en la década. Brutalmente vulnerable, y simple hasta la naturalidad. En menos de 20 minutos se dibuja ante nosotros la esperanza, la ansiedad y la tristeza de la que es capaz un adolescente (que es mucha). A veces parece que las cosas van muy bien, excepto porque no es así... Es difícil de explicar, y quizás no debemos intentar racionalizarlo, basta con pronunciar la melancolía. Más allá de la polémica, Ed Maverick no tiene reparos y lo dice claro como pocos.



58.- High Violet - The National (2010)


El álbum definitivo para escuchar en la carretera. No hay otra forma de decirlo: toda la melancolía, la calma, el ritmo (“du-du-du.du”, Lemonworld). Cuidado de principio a fin, fabuloso.



57.- Honey - Robyn (2018)


Honey es una empresa a través de la sexualidad, matices delicados e íntimos. También es una exploración de los conceptos: hay una evocación a la palabra a través del sonido, las gamas, las pausas y silencios que puede alcanzar. Contenido y explorativo, suena a que está compuesto con amor al sonido, a la capacidad creativa y la pista del club. Hay una seducción constante y tierna, algo de ola suave. Naturalidad es la palabra que podría resumir a Honey. Es uno de esos álbumes que continuará llamando a ser pensado y gozado.



56.- Reflektor - Arcade Fire (2013)


Después de The Suburbs Arcade Fire pudieron seguir la fórmula exitosa, en lugar de eso empujaron más allá. El resultado es Reflektor, casi tan grande como la pregunta central de su canción más bella “When love is gone, where is it go?”



55.- Cupid Deluxe - Blood Orange (2013)


Creo que Blood Orange es sin problemas de mis artistas musicales favoritos. Con mucho funk y una delicadeza avasallante, Cupid Deluxe es su obra cumbre, una obra cumbre en realidad para la belleza. Un suave R&B, de trompetas a rap suave, de melancolía a tibio deseo sexual. Maravilloso en todos sus momentos.



54.- Pure Heroine - Lorde (2013)


Álbum tierno y desenfadado que retrata la desolación, desesperanza y energía de los adolescentes en la década. Ella tenía 17 años, vive en la comodidad de la clase media del primer mundo y sus símbolos son los propios: porristas, reinas de graduación, casas con albercas, los suburbios. Pero ya es suficiente con todo eso, estamos aburridos. En Pure Heroine no se desmontan los símbolos, por el contrario, se abrazan, se aceptan como lo que son: parte de nuestra vida, y eso duele y nos gusta de una manera extraña. Así se mantiene la frialdad y la angustia, inevitablemente creciente, en todo el trabajo. Esta tensión es creciente en tanto que los símbolos elegidos cada vez nos suenan más disparatados, ajenos e incómodos. Al final las tensiones nos llevan al retrato del desasosiego juvenil actual: las cosas no andan bien, aunque anden bien, aunque estemos a la orilla de la piscina, en donde todo está mejor. Así, Pure Heroine es un álbum que duele y que incomoda cuando se escucha con atención: como los episodios de tristeza perenne, que nunca estallan, nunca se curan, y todos sabemos que allí estarán siempre, abrirán una grieta, haciéndonos añorar lo que no entendemos.



53.- We Got It From Here... Thank You 4 Your Service - A Tribe Called Quest (2016)


Debo ser sincero y decir que conozco muy poco de A Tribe Called Quest y su carrera, pero ante esta obra cualquier preámbulo es innecesario. A mí me parece que tiene una producción magistral, grandes riffs, mezclas interesantes, samples muy bien empleados. Uniendo todos esos elementos, una sabia evaluación del estado de la sociedad estadounidense.



52.- Random Access Memories - Daft Punk (2013)


Daft Punk es de esas bandas que aparece de vez en cuando, y cuando lo hace expande los horizontes de la música popular del momento. Random Acces Memories hizo manifiesto el ambiente retro que bien podría caracterizar a la música de la década. Con una producción cuidada de principio a fin, RAM te lleva de una textura a la otra. De canciones bombásticas y comerciales (Instant Crush, Get Lucky) a tracks que yo denominaría ensayos musicales (Giorgio by Moroder, Beyond). Algo de funk, jazz y de lo mejor de la electrónica de la década.



51.- Joy As An Act of Resistence - IDLES (2018)


El punk es un género que al construirse sobre ideales generalmente entendidos como masculinos, es fácil que haga re-afirmaciones de poder patriarcales. Joy… se aleja de todo ello, y demuestran que desde lo íntimo y lo vulnerable es posible manifestar discursos políticos más poderosos, y sobre todo, auténticos. Al final “el gozo como un acto de resistencia” bien podría ser un mantra de las protestas de hoy en día.



50.- This Is How You Smile - Helado Negro (2019)


Con la esencia de un relato ancestral, un canto para dormir en la tarde a la sombra de las hojas, This Is How You Smile se revela una y otra vez, mostrando texturas íntimas, júbilo con un dejo de melancolía.



49.- In a Poem Unlimited - U.S. Girls (2018)


"You've been sleeping with one eye open/ 'Cause he always could come back, ya know?", con estos versos se hace la obertura precisa para el resto de lo que escucharemos. Un retrato feroz y poderoso de la violencia de género, rapaz y sin consideraciones. Lo personal es político, esa es la premisa que bien profesada logra construir tremendo trabajo, esta intención se manifiesta más concretamente en un par de canciones que son más bien grabaciones tomadas de la vida cotidiana de Mehgan Remy: Why Do I Lose My Voice When I Have Something To Say? y Traviata, epicentros palpables de la verdad detrás de este álbum. Sería injusto reducir lo genial de este trabajo a la dimensión discursiva, pero es que entre el álbum entero es una relación simbiótica entre sonoridad y sororidad, no hay uno sin el otro. In a Poem Unlimited es un trabajo fiero y valiente, que da color vívido a aquello que se ha querido callar durante la historia de la humanidad



48.- Kind - Dillon (2017)


Con cada uno de sus trabajos Dillon ha demostrado su enorme capacidad como compositora. Hace uso de patrones que se desdoblan sobre sí mismos, mareas de sonidos inscritos en propuestas filosóficas. Con Kind supera sus límites previos y entra con soltura en la experimentación electrónica, sin perder el terreno en el que se siente más confiada. Son 10 canciones fuertemente unificadas: un hilo, pequeños sonidos fugaces, desasosiego.



47.- The Suburbs - Arcade Fire (2010)


Creo que hay poco que explicar con éste. Suena a promesas rotas, a sed eterna, y un remedio casero para todos esos males. Uno de los trabajos que trazaron el clímax del rock en la década.



46.- Puberty 2 - Mitski (2016)


Cuando cumplí 21 años estuve sumido en una depresión, y muy pocas cosas me hacían sentir un poco de alivio. Una de esas era escuchar a Puberty 2, suerte de lamento vacío de esperanza y lleno de dolor. Ahora visto, no todo es oscuridad, así que hay que ser justos, esto no es puro melodrama: es mera sinceridad. Lo que hace a Puberty 2 tan maravilloso es que logra apresar las profundidades más veladas del dolor humano, y lo expone tal cual es: sencillo, irreductible, perenne.



45.- Heaven and Earth - Kamasi Washington (2018)


El álbum se divide en dos partes con 8 canciones cada una que rondan por los 8 minutos, eso nos da un total de casi tres horas de un trabajo unificado de principio a fin. Los elementos: la especialidad de Washington, el saxofón, coros sacados de algún oficio religioso, y pequeños ecos y resonancias "espaciales". El resultado: un periplo íntimo y universal, que inicia en la Tierra y se eleva al cielo. En la Tierra se nos remite a la corporalidad, Fist of Fury es la introducción exacta. En el Cielo se nos remite a la infinidad, y otra vez, su apertura es angular: The Space Travelers Lullaby. Kamasi hace despliegue de una creatividad contenida, meditada y desafiante. La sinceridad de un trabajo reside en la autocomprensión; Washington deja que el suyo fluya, y así es como logra desarrollar una odisea muy suya, y de todos.


44.- In the Mountain, In the Cloud - Portugal. The Man (2011)


Hay que ser un poco cínicos para denunciar la decadencia de la identidad estadounidense como In The Mountain, In The Cloud lo propone. Con un estructura dialógica y referencias entre una y otra canción, el hastío pocas veces ha sido tan bien expresado.



43.- In Colour - Jamie xx (2015)


Bailable, luminoso y único en su tipo: In Colour es enorme. De rezagos indie-alternativos, a himnos de las pistas de baile. Prevalece un el gozo del que es capaz la buena música.



42.- Flow State - Tash Sultana (2018)

En Flow State Tash Sultana hace despliegue de su talento y nos deja embelesados con un álbum redondo y orgánico. Lo primero que sale a relucir del trabajo es su composición y ejecución íntima. Cada una canción es un desglose de momentos personales, uno acude a un confesionario, y cada instrumento nota, cada sonido es parte del gran susurro. Hay algo de retorno en este álbum. ¿A dónde? Creo que la apuesta es por un retorno de una naturaleza distinta, no es físico sino de algún un tipo de espiritualidad, una apuesta por la introspección y la relación con el entorno natural: de las semillas (Seeds) a cosechar el amor (Harvest Love).



41.- ANIMA - Thom Yorke (2019)


Nunca he sido un gran fan de Thom Yorke, ni nada por el estilo, pero hay que reconocerle su inmensa creatividad y curiosidad musical. ANIMA logró modificar mi visión sobre la escena de la música electrónica, y en general de la música. No sé, todo lo que uno podría esperar que la música ofrezca, eso está en ANIMA



40.- Kill For Love - Chromatics (2012)


Hay álbumes que se sienten como imágenes, y este pertenece a ese género. Atardeceres y madrugadas neón vienen a la mente en cuanto comienza Kill For Love. Es, a su vez, una apuesta enorme, una idea de lo que puede ser la música más allá de los horizontes que le hemos puesto.



39.- This Is All Yours - alt-j (2014)


El sonido de alt-j es muy reconocible (hasta niveles parodiables), y lo mejor de This Is All Yours es la ciega entrega que hace la banda a su propio sonido. Lo que lleva a sus virtudes a su mejor punto. ¿Predecible? ¿Pretencioso? Qué más da. Tenemos un álbum hermoso.



38.- Allelujah! Don't Bend! Ascend! - Godspeed You! Black Emperor (2012)


Retrato de la guerra y la violencia humana. Una re-construcción sonora de uno de los episodios más impactantes de la humanidad contemporánea: la guerra de los balcanes. De los helicópteros sobrevolando, hasta el frío de las paredes en las casas abandonadas por la guerra. El fuego que se esparce al escuchar este álbum, es la sensación de memoria histórica, tan endeble como la propia guerra de los balcanes lo demostraron.



37.- Keira - Susso (2016)


Cada que escucho a Keira me pregunto cuántas cosas hermosas nos estamos perdiendo ahora mismo porque la globalización es vertical y desigual. Una brecha enorme por la barrera del lenguaje no me permiten aprehender del todo el contexto e ideas que lo envuelven, pero el resultado es un trabajo fascinante. Basta una escuchada de Foday Kunda, por ejemplo, para modificar todo lo que creías entender por la música.

*[Comentario aparte: No, ésta sí es la portada más bella de la década]



36.- Keeping a Record of It - Lonnie Holley (2013)


Aparecer ante los otros, así definía Hanna Arendt a la dimensión activa de la experiencia humana, ese momento en donde se hace lo político, lo de todos y todas. Una manifestación necesariamente efímera en la que la persona se muestra tal cual es. Bueno, pues yo creo que Arendt se equivocaba. Algo me dice que Hooley estaba de acuerdo con ella, y por ello se negaba a grabar sus interpretaciones musicales. Quizás Keeping A Record Of It era una especie de auto-timo. No sé si él quedó complacido o no, pero hay algo indudablemente valioso en Keeping A Record Of It.



35.- Biophilia - Björk (2011)


Ya no hay porque repetirlo pero Björk es una de las mentes musicales más importantes de las últimas décadas. Continúa en sus búsquedas musicales y de conceptos, y deja tras de sí una constelación de obras únicas. Biophilia se inspira en la vida misma, en sus procesos químicos y físicos, en la tautología burda de su existencia. Lo que nos deja es un álbum fascinante, rebosante de sonidos diversos, y demuestra la vigencia de Björk



34.- Ibeyi - Ibeyi (2015)


No sabría definir el género, algo de pop, algo de R&B y mucho de algo impreciso. Nos deja imaginar cómo podría ser la música si la globalización fuese más equitativa. Total, el resultado es el mismo: tenemos un manifiesto sonoro hermoso.



33.- Born To Die - Lana Del Rey (2012)


Born To Die es un majestuoso retrato del acelerado declive la humanidad hacia la crisis moderna. Lo que sale a la luz de todo esto es un mundo en constante cadencia y decadencia. Los jeans, videojuegos, refrescos y cerveza son los iconos de la cadencia capitalista, y entre ellos se desenvuelven los callejones, las drogas, la desesperación; de hecho un elemento no podría desenvolverse sin el otro. Esta dualidad es la que marca cada una de las canciones. Otro elemento capital es su capacidad de tejer simbología, de construir un mundo propio, con imágenes y signos bien definidos, cohesionado al punto de ser autorreferencial. En retrospectiva, creo que el tiempo le hará bien a la apreciación de este álbum, al fin y al cabo ya estamos en 2019, lo suficiente maduros como para reconocer la decadencia y desolación brillante de nuestro mundo, escuchar lo que Born To Die nos ha dicho desde entonces.


32.- My Beautiful Dark Twisted Fantasy - Kanye West (2010)


Aunque no es mi favorito no tengo reparos en aceptar que es el álbum más icónico de la década. No hay dudas de que hay un antes y un después de MBDTF en la historia la música occidental. Poco habría que repetir lo que todos ya sabemos: el desarrollo musical, la hermosa producción, la inmejorable cartera de colaboraciones, todas acertadas… Me gustaría enfocarme en lo que me parece más importante: como especie, la tuvimos que cagar muy muy cabrón para que este álbum sea posible: desolación ambiental, desolación política, desolación económica, desolación, desolación. La espiral de opulencia, la apatía más imbécil hacia el grueso de la población, la sinrazón idiota de Hollywood: MBTDF es la máxima efigie de la decadencia moderna, y aunque parte importante del testamento es no ceder ni un paso (y Kanye cada vez se retuerce más y más en la porquería de esa máxima) creo que en el fondo de MBDTF hay una melancolía reflexiva, un rumor tibio de madurez. En fin ¿Who Will Survive In [to] America? Diez años después aún no lo sabemos. ¿Acaso lo hará alguien?



31.- What Do You Think About The Car? - Declan McKenna (2017)


Me tomó tiempo entenderlo, pero What Do You Think About The Car? es un álbum precioso y único. Pop desenfadado y marcado por la ansiedad: un retrato fidedigno de la generación que está está irrumpiendo, la gen Z. Hay algo inédito en los reclamos políticos que aquí se hacen, y es que no parten desde el privilegio ni el refinamiento racional, no, acá todo suena atolondrado, simple, aniñado. Pero eso no reduce de manera alguna la angustia, inexorable, intempestiva; es ahí cuando entendemos lo masivo de la sensación de desolación para las generaciones más jóvenes, que aún y todo no han permitido reducir su capacidad para el gozo.



30.- I Tell A Fly - Benjamin Clementine (2017)


La migración es un epicentro indiscutible de las disyuntivas políticas de la década. A menudo abordadas desde el arte: exposiciones, instalaciones y curadurías se han elaborado para reflexionar al respecto. Bejamin Clementine hizo su propia versión en I Tell A Fly. El resultado suena como si se hubiera mezclado una ópera con la estética de Basquiat. Clementine se sirve de su voz (una muy interesante) para relatar la historia de dos moscas descubriendo el mundo.. descubriendo a los otros. Suena a algo muy raro, y quizás lo es un poco, pero en todo momento es divertido y asombra escuchar la enorme creatividad impreso en este álbum.



29.- Musas: Un Homenaje al Folclore Latinoamericano en manos de Los Macorinos, Vol. 1 - Natalia Lafourcade (2017)


Desde hace varios años, algunas compositoras y compositores han hecho un esfuerzo invaluable en recuperar tradiciones musicales a lo largo de toda latinoamérica. Luego de que los cánones estadounidenses inundaran la escena de la música masiva en español, parecía imposible que un bolero, o una cumbia, volvieran a llamar la atención del público. Aquí es cuando aparece Musas, y no sólo lograr lo que parecía imposible, sino que nos da una enorme sacudida: ¡Ey! ¡Tenemos mucho que decir, y nuestra propia forma de hacerlo! Dejando de lado el embelesamiento nacionalista, mirando a Musas por lo que es, no hay forma de no admirarlo. Cada una de sus canciones es una propuesta comprometida con la belleza misma. Con un profundo respeto a las distintas herencias musicales, pero con una frescura que nace del interés genuino, Musas ya es una referencia obligada de la música latinoamericana en el siglo XXI.



28.- Philos - Park Jiha (2018)


Los trabajos de Jiha son minimales y pulcros, recogen una tradición musical milenaria y la ofrecen abierta de tajo. Tengo que admitir que este álbum es el que más me desconcierta de mi terna, aproximarse a tradiciones sonoras tan disimiles tiene algo de grandioso y equívoco. No podría argumentar sobre la innovación o creatividad, o siquiera situar un punto de referencia para la obra. Pero todo eso resulta accesorio: sólo poner el álbum, sin indagar nada resulta a quien sea que lo escuche en una experiencia placentera y dolorosa, rica.

Philos nos remite al pensamiento, y el escenario es la dualidad entre orden y caos. De canciones de cuna a maremotos de sonidos mitológicos. La proximidad del mundo real es constante, por eso, por más que Philos remita a la filosofía, a una constante reflexión sobre reflexión (sonidos doblegados en sí mismos), nos llama a lo concreto, a nuestro espacio. Allí es cuando entra Easy, que carece de una noción de materialidad, igual que las canciones anteriores, pero carga consigo un nuevo elemento: humanidad. Es una postura dura, indoblegable y dolorosa. Algo que comparten la mayoría de los trabajos que me fascinan es su capacidad de abonar en la diversidad, de luchar por espacios a voces, colores y sonidos distintos; Philos, es una obra que expande irremediablemente el horizonte para quien lo escuche, una obra que en medio de la globalización homogeneizante pueda dar pasos hacia una globalización de la diversidad.



27.- LP1 - FKA twigs (2014)

Cuando era niño estaba emocionado por imaginar cuál sería la música del futuro: un género inimaginable. Poco a poco entendí que el sonido del futuro no tenía porqué ser un nuevo género, sino que podría ser reinvenciones (basta mirar al reggaetón para entenderlo). Pero a lo largo de la década apareció un puñado de propuestas que sin más suenan al futuro: Yves Tumor, Billie Eilish, SOPHIE, Arca, etc. Pero pocos tan contundentes como FKA twigs y LP1 fue brutalmente claro al respecto. Entre R&B y electrónica experimental, una hipersexualidad que fluctúa de lo carnal de los suspiros o la robotización de la repetición mecánica. LP1 no sólo establece nuevos horizontes sonoros, el nodo de su concepto mismo parece establecerse en espacios nuevos: la corporalidad. El pasado de bailarina de twigs parece materializarse en su trabajo musical.

Un mirada al futuro, algo que es cada vez más escaso en los productos culturales de este momento de la humanidad, donde cada vez hay menos euforia y mayor escepticismo al respecto.



26.- Hurry Up, We're Dreaming - M83 (2011)

Hay algo en la infancia realmente maravilloso: la capacidad del asombro, una forma de ver al mundo más allá de sus límites, y Hurry Up, We’re Dreaming se alza sobre la nostalgia que todos tenemos de aquella época de la vida. Relatos maravillosos, travesías imaginarias: un álbum que nos invita a seguir soñando, y sobre todo, a seguir amando.

*[Comentario aparte: llevo años sabiéndolo: cuando nos casemos, el mi novio y yo valsearemos con Wait, no importa dónde ni cómo, pero eso haremos.]



25.- Caja de Música - Monsieur Periné (2015)


En las plazoletas la música callejera lo inunda todo, en las fiestas populares todos bailan y cantan, en las cantinas los amores se lloran… Caja de Música se siente como acompañar a toda la banda de Monsieur Periné por las postales de su identidad colombiana. Su autoproclamado swing a la colombiana es una preciosa interpretación de múltiples géneros y tradiciones. Con un espíritu animoso y una sensación de transparencia personal, escuchar Caja de Música se siente como abrir una baúl de maravillas que nos hace entender la belleza del mundo, en sus pequeñas cosas, y en sus grandes ideales.



24.- ZABA - Glass Animals (2014)


ZABA es un verdadero viaje, suave y muy rítmico. Déjate llevar a través de múltiples texturas y matices. Es como si el R&B se hubiera fusionado a la vez con el indie y con la humedad de una selva. Casi invisible, este puede ser uno de los mejores debuts de una banda en la década.



23.- Blonde - Frank Ocean (2016)


Frank Ocean, simple y sencillamente, está escribiendo los cánones estéticos del futuro. La sensualidad del R&B revisitada en el siglo XXI (con sus nuevas éticas y políticas), una reflexión desde el individuo y el dejo de sus implicaciones colectivas, ritmos y patrones reimaginados. Blonde es un amplio espectro de nuevas ideas estéticas. De Solo a Siegfried, nos queda claro: Ocean es una de las mentes maestras en la música de su generación. A la par, un proyecto personal inmenso, ansioso por explorarlo todo.



22.- Learning - Perfume Genius (2010)


A veces el dolor es muy simple, apenas unos esbozos en el aire, una temperatura en la luz, y así, tan simple, cava profundo, demuele todo por dentro. Learning, el debut de Perfume Genius es la manifestación sonora de ese dolor. Con una especie de pantomima elegante, se nos cuentan pequeñas historias de dolor. Al final me parece que es una suerte de acto teatral, pero no por ello menos sincero y vulnerable. Quizás nunca existió físicamente un Sr. Peterson, pero eso de ninguna forma hace menos dolorosas las historias que nos comparte Hadreas desde lo profundo de su dolor.



21.- Tenquén - Monstruos del Mañana (2018)


Si ahora es evidente que la mezcla de identidades sonoras pueden dar hermosos frutos (como Norma, La Sandunguera, Keira, etc,) Tenquén deja manifiesto que estas búsquedas son múltiples y que cada una de ellas es el vívido retrato de distintas visiones del mundo: toda una experiencia intercultural. Aquí, la mezcla es entre rock psicodélico, sones oaxaqueños y algo de cumbia, algo, también de toda latinoamérica. Por otro lado Tenquén es ensayístico, y su canción homónima planta la tesis: "cada hombre es una isla que va a la deriva", pero su método es la dialéctica: a la tesis de la soledad del individuo (que se hace manifiesta en el trabajo lírico) se le opone la antítesis del mundo compartido, la identidad del nosotros, y ésta se hace latente en el manejo instrumental. La síntesis resulta sugerida apenas, pero poderosa. Tenquén es capaz de hablar de un nosotros imaginado (latinoamérica) de una forma creativa, insospechada.

Sin embargo, la pretensión a la que se aspira requiere de la intimidad que sólo puede darse con espacios mucho más concretos, Monstruos del Mañana pueden saberlo o no, lo cierto es que Tenquén nos remite y eclipsa en un espacio determinado: las costas del Pacífico oaxaqueño, y en específico, Juchitán. De mitologías olvidadas y pesadillas modernas, acá se condensan múltiples voces para hablar de la desolación personal y la complejidad del mundo en común.



20.- Melodrama - Lorde (2017)


Poco cosas nos comprometen tan íntimamente como salir a bailar y tratar de olvidarlo todo cuando nos sentimos de la mierda por dentro. La desolación de un mundo que lo prometía todo (el de nuestra infancia y adolescencia) que es roto por la soledad y el incierto de nuestro futuro. Arribar a la adultez no es pan comido, y es suficiente de fingirlo. Lorde lo canta claro y a todo pulmón. Sí, llámenlo melodrama, pero nos escuece profundo. Sí, llámenlo como quieran, pero es nuestro momento de gritarlo. Hace unos días discutía este álbum con una compañera del trabajo, parecía no entenderlo del todo ¿Qué lo hacía al álbum tan bueno, y no meramente un producto del capitalismo que se sirve de la identificación de los consumidores? Bueno, podrá haber sido concebido como un mero producto, pero su potencia y los límites que desafían hacen de este un álbum vivo, convulso, que (bajo las circunstancias que sean) captura muy bien los miedos, dolores y alegrías más profundas de una generación que está por irrumpir en todos los espacios. Más vale que escuchemos bien lo que tienen (¿tenemos?) por decir.



19.- Atrocity Exhibition - Danny Brown (2016)


Los ideales del capitalismo y la idea bien entrañada del éxito personal como promesa ha comenzado a dejar estragos en uno de sus símbolos: el rapero que alcanza la fama. Es imposible mantener la cordura en una realidad en la que consigues lo que quieres mientras todo se desmorona y eso es lo que nos queda claro de Atrocity Exhibition. Se resquebraja la estabilidad mental y emocional de Danny Brown ante nosotros. Atroz es el despojo, la locura de todo esto. Parece que aún en lo profundo de su horror, Danny Brown encontró la forma de lidiar con ello. Cambió de disquera y apostó por sonidos que pudieran retratar su psique, aún fuesen un fracaso comercial seguro. Enloquecido y ansioso, como seguramente lo estaba su mente, tenemos un viaje que empuja al rap a espacios novedosos; disco, rock y R&B junto con su particular timbre nos llevan de un paraje asombroso al otro. Lo más importante del álbum es que no hay condescendencias con ese vacío. De principio a fin, aún en sus momentos más luminosos, lo que acontece ante nosotros es la vorágine irremediable del sistema en el que estamos atrapados.



18.- Your Queen Is A Reptile - Sons of Kemet (2018)


Your Queen Is A Reptile interpela a la modernidad desde el enfado para puntualizar las cosas como son. Es producto fiel de la migración y contextos multiculturales, aún si el jazz no es en sí mismo esto, Sons of Kemet lo hacen suyo para retar : “Tu reina es una reptil”, haciendo una clara referencia a la reina Isabel, para después contestarnos con el título de cada canción "mi reina es… una serie de mujeres afrodescendientes líderes y que combatieron a la injusticia constituyen la nación de identidad onírica del álbum. Your Queen Is A Reptile nos reta una y otra vez a repensar nuestros íconos y símbolos. Confecciona con fuerza el testimonio de distintos procesos de la modernidad: colonialismo, desigualdad, misoginia, pero también migración, flujo entre ideas y culturas. Su apuesta: rehacer la forma en la que hemos contado nuestra historia. Uno escucha éste álbum y sabe que algo importante está sucediendo, quizás dentro de uno mismo, y allá afuera, bueno, eso sin dudarlo.



17.- Ultraviolence - Lana Del Rey (2014)


Ni aún en sus más fuertes esfuerzos por construir imágenes deprimentes Lana Del Rey logra igualar lo que hizo en Ultraviolence. Algunos la tomarán por una estafadora exagerada, pero es hora de señalar los prejuicios como lo que son: una expresión de la misoginia que nos hace incapaces de escuchar. Haber, es que no entiendo como no lo pueden tener claro: una persona que de pronto es famosa (en gran medida, por el repudio que produce a miles) dice en una entrevista que se siente pésimo, que a veces tiene ganas de no estar. Ergo, publican la entrevista centrándose en la pregunta “¿Cómo es posible que esté deprimida? ¡Se hizo tan famosa e hizo tanto dinero!” Exclaman. No, no lo han entendido nada. Pero así como no lo habían entendido no pudieron prever el único resultado posible, y es que quienes tienen la necesidad de crear no pueden simplemente detenerse. Todo ese contexto no es necesario, pero lo trato de explicar para tratar de convencerte: olvida todo lo que crees saber y entender sobre Lana Del Rey, si puedes incluso olvida quién es ella. Luego, siéntate y escucha Ultraviolence con atención. Si no te duele, si no te sacude, si no logras a escuchar que detrás está una persona con todos sus sueños, sus dolores, y sus fantasías también (¿cuál es el problema con ello?). Bendito sea el momento en el que Dan Auerbach se sumó al proyecto. Bendita sea la persistencia de Lana, y su capacidad de doler de una manera tan hermosa.



16.- Room 25 - Noname (2018)


No te voy a mentir, he llorado mucho con éste álbum. ¿Acaso así suena la sabiduría? Noname es una joven brillante que tiene las mejores preguntas ¿cuál es su condición como mujer afrodescendiente en una realidad cada vez más polarizada por los fundamentalismos? Pero los desafíos sólo pueden ser afrontados como mucha voluntad y compromiso, que en Room 25 se presenta como vulnerabilidad. Lo personal es político: el amor, la memoria familiar, las ansiedades personales. No hay salida fácil, pero escuchar Room 25 con la atención que precisa seguramente nos acerca más a la empatía y el entendimiento con los y las otras. Suaves arrullos, el rap más delicado que he escuchado, pero sin ceder ni un milímetro en lo firme de sus posiciones.



15.- Process - Sampha (2017)


Siempre estamos inmersos en distintos procesos: tensiones y encuentros de nuestras emociones y las situaciones de nuestra vida. Process, de Sampha, es un retrato sincero y fulgurante de la complejidad de estos procesos. El suyo: la pérdida de su madre; ese duelo que nos persigue o perseguirá a todos, y que está presente de manera sigilosa. Acá en sus momentos más vulnerables se asoma el amor con el inevitable y devastador dolor que le acompaña, como en Kora Sings y, claro, (No One Knows Me) Like the Piano. Lo más interesante de Process es que logra que la pérdida y el duelo estén lejos de serlo todo. Sampha hizo de su LP debut un testamento de su creatividad e ingenio musical. Múltiples capas sonoras se mecen de una textura a la otra. Uno de los álbumes más fascinantes de la década, por su facilidad de entrar en diferentes niveles de profundidad y hacer una propuesta sonora tan gozosa.



14.- A Seat At the Table - Solange (2016)


Uno escucha A Seat At The Table y tiene ganas de que sea escuchado por todo el mundo, “esto debería ser expuesto en museos”, se exclama. Y es que haría falta un proceso de curaduría entera para tratar de expresar la belleza que reside en la obra cumbre de Solange (hasta ahora). Un poderoso testamento de lo que ella entiende de sí misma, su posición como mujer, su amor al legado histórico de su cultura. Pero la voz no la detenta ella: con múltiples skits y colaboraciones, acontecemos un mosaico de expresiones, ideales y pasiones. De lo personal a lo comunitario. En su belleza hay lugar para todo, incluso para la furia y los reclamos (tan necesarios), pero sobre todo, hay espacio para existir a plenitud y sin conmiseración con las estructuras del despojo. En momentos como los actuales, eso puede ser acto revolucionario.



13.- MAGDALENE - FKA twigs (2019)


MAGDALENE es una hermosa historia de amor y tristeza. En la propuesta estética aquí hecha se puede escuchar la energía actual de las luchas sociales, especialmente las feministas. Una teoría del poder que reta a los horizontes históricos del pensamiento patriarcal. En todo el trabajo se extiende relación dialógica entre potencia y ternura melancólica, comprometida con el acto de la escucha (home with you, marry madgalene…). De por medio: la imaginería cristiana decolonizada (respecto al patriarcado): aquí se trata de Magdalena, su propia mística, poder y tragedia. Pero así como está de alejada la lógica de la dominación (entrañada en las estructuras patriarcales) aquí el entendimiento con la otra (u otro) son parte esencial. Así, la tristeza íntima y compartida a la vez lo recorre todo. Con el conflicto de la distancia imposible que crece entre dos personas que se aman, MAGDALENE aborda la sexualidad, el auto-reconocimiento, la vulnerabilidad y la intimidad. Un dolor histriónico, inmenso, pero lleno de matices placenteros. Una apuesta por la resistencia, por la creatividad y capaz de hacernos imaginar lógicas musicales novedosas y distintas. Queda claro: ésta es una de las voces más interesantes de la década, y seguramente tiene mucho más para mostrar.



12.- Blackstar - David Bowie (2016)

Dos días antes de fallecer David Bowie es estrenado Blackstar, su último acto. Algo de canto procesional y otro tanto de una libertad de una especie muy particular. Pocos como David Bowie han profesado tanto la libertad a su propia creatividad. Con este antecedente no es de sorprender que su propia muerte sea tomada con tanta sinceridad creativa. Acá no se trata del ya gastado tópico del existencialismo desdichado pero ilustrado. No se trata de esas ensoñaciones/terrores que todos hemos tenido al pensar en nuestra muerte. No, aquí la muerte es inminente, es el borde sobre el que se sitúa cada uno de los pensamientos de Bowie, cada uno de los sonidos que componen Blackstar. Una curiosidad, una búsqueda incesante hasta el último respiro. Por momentos predominan los arranques de profunda desolación (claro, dejar de existir no es poca cosa), pero siempre con un dejo de tranquilidad. Quizás se trata de la la tranquilidad que la sinceridad con uno mismo debe traer al final de la vida.



11.- Put Your Back N2 It - Perfume Genius (2012)


La sexualidad como frontera del dolor y de la identidad. Las relaciones más íntimas como brecha entre el vacío y la compasión. La identidad como una disputa entre la reafirmación y el despojo. Con piezas mínimas, apenas unos susurros, Put Your Back N2 It retrata a la melancolía y el dolor de una manera brutal y visceral. Si no escribo mucho de éste es porque decido mejor dejarme llorar de tendido.



10.- Norman Fucking Rockwell! - Lana Del Rey (2019)


Calma, calma es lo que hacía falta para (ahora sí) hacer el siguiente gran record “americano”. Nunca había sonado tan limpia y desnuda. Ya no es necesaria tanta parafernalia, el rock de los valles estadounidenses sigue allí, la melancolía neoyorkina, el ensueño californiano, todo. Todo sigue allí, pero se manifiesta de una forma más contenida, acaso por que la melancolía más profunda es la que ha aceptado lo inútil que es patalear y aullar. Pero aún así hay lamentos que se salen del pecho, suspiros que escapan… NFR! es una colección de ellos. Parece ser que parte de la resignación es la paz, así, con todo y sus momentos más oscuros NFR! es sobre todo luminoso. Hay una capacidad de alivio en la verdad: todo lo que nos duelen, pero también todo lo que amamos. También hay un claro avance con la tinta de Lana Del Rey: “Goddamn man-child / You fucked me so good that I almost said I love you”, es una de las muchos y poderosos versos que dotan a NFR! de viveza y desolación. Lana no se toma licencias, no las necesita: ha logrado consolidar su propia voz en la música contemporánea. Un sonido que ya empieza a dejar su rastro en las futuras generaciones de la música.



9.- El Mal Querer - ROSALÍA (2018)

El Mal Querer tomó al flamenco y jugó con él de manera extraordinaria; mucho de pop y un poco de trap, capaz de conquistar a la industria y el público masivo al mismo tiempo que se cometía una obra conceptual audaz. Se dificultan las palabras para describir lo bien que funciona este trabajo. Uno acaba de escucharlo y es necesario volverlo a reproducir una y otra vez. En cada pieza, los detalles más pequeños y los elementos más evidentes, dan lugar a un relato complejo: Inspirado en una novela del siglo XIII, la reimaginación de la barcelonesa resalta el tópico (apropiado en términos generacionales) de la violencia de género. Once capítulos para contarnos los distintos momentos de dolor y lucha, de violencia y gozo. Hay algo de abismo en El Mal Querer, uno del que no podemos evitar querer mirarlo al fondo. Cabe resaltar que si bien hay aparente desorden, esto sólo es porque los capítulos no pretenden estar temporalmente ordenados, esto dota de humanidad a los personajes (y a quien nos interesa: ella), porque estar atrapado en el huracán de la violencia resulta difícil de ser narrado, el antes y el después se confunden, las causas y las consecuencias son una, el “amor” y el terror.

Hay mucho más que decir de El Mal Querer: el excelente uso del auto-tune como una herramienta con discurso propio, los múltiples sonidos no-musicales que irrumpen una y otra vez, el debate que despierta sobre la apropiación cultural, etc. Al final un mensaje así, es imposible de ignorar.



8.- Channel ORANGE - Frank Ocean (2012)


Channel Orange es ya un maravilloso episodio en la historia de la música, el momento en el que el R&B, el funk y la melancolía retro de una nueva generación hizo su entrada de lleno. Se necesitan 17 canciones para retratar el arribo de un generación que lo entiende todo distinto: la sexualidad desde la vulnerabilidad, a la riqueza como una tragedia y a las pistas de baile como confesionarios personales. Producto como es del capitalismo, de los procesos del dominio del mercado, y despojos sistemáticos; ahí, inserto, es una hermosa efigie decadente. Despechos amorosos en el taxi, excesos materiales y vacíos emocionales, sistemas prostituyentes, y en medio de todo ello: un placer inmenso. Con suerte en el futuro miraremos atrás, y al escuchar Channel Orange podamos entender que algo, aún no sabemos qué con exactitud, se empezaba a desmoronar.



7.- Skeleton Tree - Nick Cave and The Bad Seeds (2016)


El tormento de la muerte nunca había sonado tan intempestivo y vulnerable a la vez. Lo más impresionante de éste álbum es que puede hacerte escuchar el dolor, el inconmensurable dolor de perder a un hijo. Pero sólo podremos escucharlo, ser testigos, porque de inmediato queda claro que es un dolor inmenso e imposible de entender del todo. Desde la suave y delicada atmósfera musical (pensemos en una esfera que lo envuelve todo), con acordes graves entrando y desapareciendo; al lamento enorme de Nick, su cantar alargado, los versos cortos. Es aquí cuando uno redescubre el poder del arte: para expresar lo imposible, para lidiar con el vacío, para hacer soportable la existencia ante el dolor.. Cuando el álbum termina con un consuelo (“And it's all right/ All right”) uno sabe que sólo se trata de un consuelo. No, no está bien, jamás lo volverá a estar; pero aún en ese panorama, el lamento es una apuesta por el recuerdo, por mantener viva la belleza de lo perdido.


6.- Visions - Grimes (2012)


En el 2012 existía una euforia por las posibilidades que prometía el internet y sus distintas plataformas: ya no era indispensable una disquera, cualquiera podría subir su contenido y hacer de él lo que quisiera. Bueno, en 2019 sabemos que la cosa no es tan sencilla, y que las grandes disqueras siguen dominando la escena creativa. Pero de aquellos tiempos esperanzadores datan los primeros trabajos de Grimes. Lo fabuloso de Visions es que guarda esa esperanza, una suerte de desenfado aniñado: libre, versátil. De la viveza (al estilo Mad Max) de Circumambient a la delicadeza casi melancólica de Skin. Es en Visions en dónde Grimes encontró la mejor versión de sí misma (al menos musicalmente), sin perder la altanería experimental que hacen de Halfaxa y Geidi Primes álbumes únicos en su especie, pero poniendo toda esa experimentación en un terreno más (¿rítmico?) accesible, es más me atrevería a decir: más sincera, más personal. Visions, al final de todo, es un vestigio de la creatividad siendo tomada en serio, un maravilloso viaje a través de distintos bordes y límites musicales.



5.- Carrie & Lowell - Sufjan Stevens (2015)


Hay un abismo situado entre los que amamos y la distancia, silenciosa y fría, que necesitamos para sobrellevar los dolores (que siempre conlleva la interacción humana significativa). Pero ante la muerte, ese abismo se hace infinito, se hace memoria eterna y circundante. Bueno, a mí todavía no me sucede nada de esto, pero el silencio y la lejanía ya me permite preverlo. Porque entonces, ¿por qué no evitarlo? ¿por qué no escribir la carta y explicar todo lo que siento? No lo sé. Quizás ese deseo de acortar los abismos sean sólo eso, un deseo, una inquietud que al final no vale la pena saciar. Carrie & Lowell es una inquietante introspección entre las distintas aristas del duelo, y de las relaciones personales. Ante la muerte de su madre, Sufjan Stevens hace un recuento de sus memorias, de la certidumbre sombría de la muerte, de sus melancolías. Lo que nos deja es una serie de canciones poderosas y sus imágenes hermosas: la ternura de dos adolescentes, brillantes luciérnagas y fuegos artificiales, una cubeta azul… todas envueltas por el rastro de la muerte. Todos vamos a morir y ante ello es inútil oponerse, pero también es inevitable suspirar con un dejo de tristeza, y muy en el fondo, también de amor.



4.- The Idler Wheel Is Wiser Than The Driver Of The Screw And Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do - Fiona Apple (2012)


Hay dolores que inician en el estómago, y como fuego se esparce por todo tu cuerpo. No hay medicamento que se puedan tomar. Sólo queda girar sobre sí, mirar al techo y las horas de tormento. The Idler… es lo que queda tras aquellas noches. Esos dolores no son melancólicos, ni tristezas pasivas. No, hay algo de furia, de enojo vivo , quieres que tu cerebro se calle, que todo se detenga, que el fuego se apague; y Fiona Apple supo cómo comunicar esa madeja de horrores: la brutalidad de su voz desnuda, la repetición que dota de una especie de solidez hermética. Pero no son las cuerdas, ni siquiera el piano (resuelto en su furia) en donde reside el dolor, sino en las percusiones, y eso lo cambia todo. Desde pasos rítmicos, hasta sonidos que recuerdan al tren o máquinas industriales. Todo es abrupto, todo es terriblemente duro. Como esos dolores que inician en el estómago y te queman todo, te dejan hecha jirones. Al día siguiente tendrás que seguir con la rutina, y en los momentos de silencio será inevitable querer lanzarse al océano. Pero no hay océano capaz de apagar lo que se está quemando.



3.- To Pimp A Butterfly - Kendrick Lamar (2015)


Las grandes obras de arte tienen la capacidad de capturar la experiencia humana de sus muy propios contextos y exhibirlos en un lenguaje medianamente universal. Las almas muertas de Gogol hacen lo propio con la Rusia zarista cayendo en la espiral de su decadencia, El llano en llamas con el México rural de las primeras décadas del siglo XX. Bien, pues To Pimp a Butterfly es la obra maestra para entender la decadencia del sistema económico y social que en esta década se hizo tan manifiesta. Vale, no queda de más señalar que digo global porque aunque las particularidades locales son determinantes, podemos entender el levantamiento en protestas en Latinoamérica, Cataluña, Hong Kong y la irrupción de Vox, Trump y Bolsonaro como síntomas de un sólo fenómeno: resquebrajamiento. TPAB es la reflexión de la que es posible una persona sobre la realidad particular de su existencia: ser un afroamericano en el Estados Unidos que eligió a Trump. ¿Qué vino después de Obama? Fergurson. Kendrick se aventuró a retratarse con todo el enojo, miedo, tristeza y esperanza del que podemos ser confidentes. En el fondo todos sentimos un poco (o mucho) de aquello. ¿Cómo se hace tal empresa? Mucha vulnerabilidad de por medio, TPAB es una exploración la de la herencia musical afrodescendiente, un manifiesto político, un poema decolonialista, y sobre todo es una carta del amor de Kendrick a su cultura. Con una construcción narrativa comparable en su ritmo y complejidad a una novela de Cortázar, escuchamos el desgarro del dolor interno, el mundo contemporáneo en su propia forma de doler: institucionalización de la desigualdad, violencia estructural, tensiones políticas y raciales, ansiedad y depresión.

Acá la pregunta es ¿cuál es mi papel en todo esto, en todo lo que está mal, en todo lo que se debe de hacer para cambiarlo? Creo que esta pregunta es un fantasma que recorre al mundo, y Kendrick ha hecho todo lo que había que hacer para enunciarla. ¿La respuesta? Incierta. Lo único que sabemos es que después del tormento, podemos empezar a aceptar nuestra realidad tal cual es, salir del capullo, florecer como mariposas, aún delicadas, aún mortales, pero capaces de emprender el vuelo.



2.- Atomic - Mogwai (2016)


Darle sonido al genocidio, y hacer de él un reclamo de todos nuestros errores: Atomic. Compuesto para ser el ost de un documental sobre la posguerra, cuando la humanidad miró por primera vez al abismo que la idea de “progreso" había olvidado: nuestra capacidad de destrucción. ¿Qué somos después de las bombas nucleares? En 10 canciones, Atomic propone una reflexión al respecto. Al borde de una nueva década, recordar que somos esa especie capaz de asesinar a miles de manera inmediata y que basta con que alguien presione un botón rojo, resulta necesario y brutalmente doloroso. La devastación de las máquinas, las producciones masivas y en serie aquí toman forma a través del postrock inhóspito de Mogwai. Pero también hay espacio para el asombro y la esperanza: si somos destrucción también somos creación, somos humanos. No se deja de lado esa dimensión humana, lo interesante aquí es ver la esperanza al inicio del álbum, con Ether, para terminar con la gran explosión de melancolía y violencia, con Fat Man. Una poderosa reflexión sobre los límites humanos que vale la pena mantener presente en estos tiempos, y probablemente en los venideros.



1.- good kid, m.A.A.d city - Kendrick Lamar (2012)

Es que ni siquiera puedo empezar a tratar de expresar lo inmenso y poderoso que me parece good kid, m.A.A.d. city. Tiene tanto dolor, y está hecho con tanta sabiduría que es imposible recapitular cada uno de los elementos que lo hacen una de las mejores obras de arte de lo que va en el siglo. La narrativa de un hombre ante su mundo. Al principio era el hambre, al principio: una construcción del éxito basada en la violencia y la opulencia del capital y masculina. Así, la ciudad comienza a atrapar al niño, al deslumbrado. Empujado al abismo, una espiral de precariedad y estigma. Un pozo para el que no existe compasión alguna: la muerte se aparece, y silencio. Al final, la resistencia a través del reconocimiento, la denuncia y la memoria. Una propuesta de comunidad, y la fe como un acto de libertad.


Kendrick Lamar tiene una enorme claridad sobre su mundo, y sobre sí mismo, y lo que ha logrado es un retrato hermoso, respetuoso y complejo (como la realidad lo demanda) de su existencia, su tiempo y lugar. Con una narrativa oleada (regresiones y revelaciones progresivas) y una disposición hermosa de sus habilidades musicales, este pedazo de álbum tiene la capacidad de hacerte llorar, gritar, llenarte de enojo o de esperanza, de bailar… Lo escuchas y lo entiendes, y yo no alcanzo a explicarlo.


Sólo sé que para entender esta década, sus tensiones raciales y de desigualdad económica, su violencia y sus resistencias, es indispensable escuchar con atención. Si me preguntasen de viejo cómo era el mundo en mi juventud good kid, m.A.A.d. city sería mi primer referente



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